Chichicastenango alberga el mercado más colorido de América, seguramente compitiendo sólo con el de Pisac, en Perú. Las familias bajan de las montañas el sábado a vender sus productos y trabajos de tela al día siguiente, así como a rezar juntos manteniendo el sincretismo religioso maya-cristiano ¿No es acaso el mismo Dios? En fin, todo un encuentro de unos con otros.
Cerca, en ruta hacia la costa, las montañas nos regalan la sorpresa del Lago Atitlán, con sus pequeños pueblos abrigados por las escarpadas laderas verdes y vigilados por los volcanes. Mientras, los barqueros transportan personas y bienes, buscando así también el encuentro entre las comunidades...
No comments:
Post a Comment