Y célebres habrán de ser por siempre: al menos para un servidor, esta es la más bella maravilla natural jamás reflejada en sus ojos... ¿Cómo puede caer tanta agua, de esta preciosa manera y en este inigualable ambiente?
He aquí algunas fotografías, aunque dudo que le hagan justicia y uno se pregunta por qué las hace, pues las las cataratas necesitan ser sentidas... Pero quizá sí sirvan para que alguien más se pueda seguir acercando a verlas.
Dios mediante... como el propio Iguazú.
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